1992 vs. 2025: ¿Vivimos en el Futuro que Imaginamos?
Querido Wil de 1992,
Nunca en mi juventud imaginé con exactitud cómo sería mi vida en 2025, a pesar de haber estudiado prospectiva, el arte de la probabilidad y los futuros. Aunque la digitalización ha traído avances notables con mejores computadores, internet, la nube y nuevas formas de comunicación, en muchos aspectos el mundo sigue siendo sorprendentemente similar al de 1992. Si llegaras a este tiempo, seguramente te impactaría el celular, pero rápidamente lo comprenderías. La revolución de la inteligencia artificial, con ChatGPT y otras aplicaciones, es lo más novedoso, pero en términos generales, los cambios no han sido tan trascendentales como esperábamos.
Sobre la movilización y el transporte
Seguimos movilizándonos en vehículos tradicionales, ahora con más electrónica, híbridos o eléctricos, pero continuamos atrapados en ciudades con velocidades promedio de 30 km/h. Aunque algunos autos se parquean solos y cuentan con sistemas de seguridad avanzados, los accidentes siguen ocurriendo con la misma o mayor frecuencia que en 1992. Uber, Didi, Cabify e InDriver llegaron para salvarnos de los taxis que no mejoraron con el tiempo, ni aquí ni en Londres, pero solo nos están dando una oferta de movilidad, quizás más seguridad y, según la hora, mejor precio. Sin embargo, aún tampoco es transformador de la sociedad ni es inclusivo, aunque sí ha generado un número considerable de empleos informales, más o menos buenos, para muchos que no tenían oportunidades.
Nuestra educación y la ilusión de avance en el conocimiento
La educación, lejos de evolucionar en personalización, se ha masificado aún más. Hay una gran cantidad de contenido disponible, pero no existe una herramienta que diagnostique de manera precisa las habilidades y estilos de aprendizaje de cada persona para optimizar su educación. No ha llegado nada revolucionario como lo que imaginaban películas como Matrix, donde el conocimiento pudiera transferirse directamente al cerebro. La inteligencia artificial ha avanzado, pero en su esencia, sigue siendo un predictor de lenguaje que depende de información preexistente. Además, enfrenta serios desafíos éticos, ya que los sesgos presentes en sus datos replican muchas de las mismas problemáticas de la toma de decisiones humana. Cuestiones como discriminación algorítmica, privacidad y manipulación de la información siguen sin resolverse completamente, y los sistemas de IA, en muchas ocasiones, perpetúan desigualdades en lugar de corregirlas.
Gobierno, democracía y corrupción
El gobierno enfrenta los mismos problemas de corrupción, solo que ahora parece más institucionalizada y menos sancionada. Los trámites digitales han reemplazado muchos procesos presenciales, pero la burocracia persiste en forma de páginas web engorrosas que colapsan ante la alta demanda. Además, la brecha digital ha dejado a muchos ciudadanos sin acceso a servicios esenciales, ya que ahora se requiere internet, un correo electrónico y un dispositivo para prácticamente todo. Con tanta tecnología teóricamente presente, las elecciones democráticas siguen siendo un ejercicio manual y con alto nivel de riesgo en el momento del conteo. Las cédulas y pasaportes continúan siendo documentos físicos necesarios para movilizarnos, aunque ya cuentan con nuestras huellas digitales y datos biométricos en muchos sitios del estado.
El monopolio del comercio electrónico, marketing digital y medios de comunicación
El comercio ha cambiado con la expansión de plataformas como Amazon, Mercado Libre y recientemente TEMU, que han monopolizado gran parte del mercado con precios ultracompetitivos, afectando a pequeños negocios. Las startups han proliferado, pero su principal objetivo sigue siendo atraer inversión y generar dinero más que aportar verdadero valor. Empresas como Uber, Airbnb y Booking no han innovado tanto como se esperaría; simplemente han digitalizado modelos de negocio tradicionales, sin generar un impacto real en la modernización de los servicios. En algunas ciudades, su influencia ha causado problemas de gentrificación y aumento de alquileres. Aunque el marketing digital y las redes sociales llegaron para quedarse, su aporte ha sido más a la desinformación, las noticias falsas, las compras innecesarias por impulso, a las estafas, o a la comercialización de productos mediocres. Falta aún mucho trabajo en ese prosumidor inteligente que esperábamos que existiera al disponer de información, pues no sabemos cuál información es real en la actualidad. Los medios de comunicación siguen haciendo lo mismo, solo que un poco peor; aún no asumen la responsabilidad de ser quienes podrían verificar verdades y, al pertenecer a un gran sistema capitalista, se sirven de su influencia para potenciar a ciertos políticos, comerciantes, empresas o implantar teorías que pocas veces aportan. El periodismo parece una profesión que murió con las grandes casas de la prensa del pasado.
Construcción, arquitectura y diseño de interiores
En la construcción, aunque los tiempos se han reducido y hay mejoras en los materiales, seguimos construyendo con ladrillos, varilla y cemento. Los procesos han sido automatizados, pero no revolucionados. Aún dependemos del trabajo pesado de obreros, sin avances significativos en robótica o maquinaria inteligente que alivie el esfuerzo humano. El diseño de interiores y la arquitectura, que en otrora impactaron notablemente las ciudades con espacios públicos transformadores y parques inclusivos para la gente, hoy se han visto afectados por la contratación corrupta de los gobiernos o por obras de pequeño tamaño. Pocas veces se ven grandes construcciones capaces de superar los retos del tiempo o de los cien años.
La seguridad ciudadana y el avance tecnológico de la criminalidad
La seguridad ciudadana no ha cambiado mucho. No vemos drones patrullando las calles, ni policías con gafas inteligentes que registren sus procedimientos. La criminalidad persiste, con la adición de un alto nivel de ciberdelincuencia que las fuerzas del orden aún no han logrado contener. En el diseño de armas policiacas, aún estamos trabajando con armas asesinas, poco se ha desarrollado tecnologías no letales para desarmar criminales o disminuir el riesgo de las personas. En protección del policía o militar tampoco se evidencian avances en chalecos antibalas o vestuario que monitoreen sus signos vitales, compriman heridas o que ofrezcan una localización instantánea y en tiempo real de la persona.
Salud e IA
La inteligencia artificial está lista para apoyar diagnósticos, ser un agente de apoyo en la consulta médica, dinamizar las cirugías y evaluar potenciales medicamentos. Ojalá aterrice rápido en este sector y las máquinas de diagnóstico se acerquen a los más pobres.
Banca y fintech, intereses altos versus valor real
El sector financiero ha digitalizado sus servicios, pero más como una estrategia de reducción de costos que como una mejora para los usuarios. Ahora somos nosotros quienes realizamos tareas que antes hacía un cajero, mientras los bancos lucran con nuestros datos. Las fintech han emergido con productos como tarjetas de crédito y cuentas digitales, pero en esencia, son solo versiones modernizadas de los mismos servicios tradicionales. Quizás si se preocuparan menos por el interés que van a cobrar y se interesaran más por las potenciales necesidades del cliente, por ayudarlo a transformar positivamente sus finanzas, lograrían cosas seguramente más lentas pero más duraderas.
Música digital y los pocos avances desde Napster
En cuanto a la música, la calidad ha disminuido considerablemente. Se prioriza la producción rápida y comercial, con voces artificialmente mejoradas por tecnología. Las grandes figuras de la música de nuestra época han sido reemplazadas por artistas cuyo éxito depende más de algoritmos que del talento genuino. Plataformas como Spotify pagan centavos por reproducción, haciendo que muchos artistas talentosos apenas sobrevivan. Curiosamente, en este sentido, Napster tenía una visión más revolucionaria de acceso a la música.
Conclusiones, oportunidades y reflexiones
En conclusión, aún falta mucho para ese futuro prometido por Los Supersónicos, Star Trek o Volver al Futuro. La tecnología ha avanzado, sí, pero en muchos casos solo ha automatizado procesos en lugar de transformar paradigmas. La modernidad que imaginamos aún no ha llegado, y en algunos aspectos, seguimos atrapados en problemas que llevan décadas sin resolverse.
Con nostalgia y realidad, Tu yo del 2025
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