8 - Ir más allá: El reto de liderar
El liderazgo no es un camino fácil ni glamuroso. Es una habilidad crítica y compleja que exige experiencia, capacidad de cambio personal, autocrítica, inteligencia emocional, inteligencial social y una alta capacidad para gestionar la soledad, la incertidumbre y las expectativas. Liderar significa enfrentarse a críticas constantes, mensajes contradictorios y la carga de nunca estar a la altura de todos. Sin embargo, quienes asumen este desafío entienden que, a pesar de todo, liderar es un privilegio y una gran responsabilidad.
La realidad y los enemigos del liderazgo
La verdadera complejidad del liderazgo radica en equilibrar múltiples frentes:
- Expectativas de la junta directiva: Aunque te respaldan inicialmente, pronto exigirán resultados inmediatos y trascendentales, lo que puede afectar tu autoestima.
- Gestión del equipo cercano: Construir confianza, apoyar errores y potenciar capacidades es vital, pero también enfrentarás contradictores.
- Relación con personal de la operación: Sus esperanzas estarán puestas en ti, aunque muchas veces carezcas de herramientas suficientes para ayudarlos.
- Proveedores y clientes externos: Mantenerlos satisfechos mientras gestionas un sinfín de prioridades es otro desafío clave.
Además, el liderazgo tiene enemigos internos que debemos evitar:
- Creer que lo sabes todo.
- La prepotencia, el irrespeto, el acoso laboral y sexual.
- No tomar decisiones o no ofrecer soluciones.
- La paranoia, las dobles agendas y la incapacidad de escuchar críticas.
El verdadero líder reconoce estos peligros y se somete al ejercicio de ser evaluado, abrazando la sinceridad de las críticas para crecer.
Los pilares del liderazgo
Liderar es un viaje continuo que se construye sobre cuatro pilares:
- La oportunidad: Cada ocasión para liderar, sin importar cuán pequeña sea, es una escuela para desarrollar esta habilidad.
- El tiempo: Solo con el paso de los años se comprende la diversidad de personas, situaciones y retos que enriquecen el liderazgo.
- El sufrimiento: Aprender de los errores es inevitable. Son las equivocaciones, y no los aciertos, las que nos enseñan qué caminos evitar y cómo crecer como líderes.
- Inspirar: Los líderes proponemos propósitos superiores y objetivos alcanzables, infundiendo entusiasmo y motivación. Este pilar es la clave para mantener con éxito nuestra labor día a día.
El liderazgo no es perfecto, pero es transformador. Más allá de los desafíos, liderar significa influir, inspirar y guiar hacia objetivos compartidos. Es un arte que se pule con práctica, humildad y perseverancia. Si estás dispuesto a aceptar el reto, recuerda que cada error es una lección y cada paso, una oportunidad para mejorar.
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